Giorgia Meloni se volvió protagonista de los medios de comunicación en todo el mundo al lograr con Fratelli d’Italia y aliados una histórica elección de la derecha en Italia, la más importante desde la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, son muchos los medios que se sorprenden al leer en las noticias italianas, o escuchar de la propia Meloni, que es la “centroderecha” la que ha triunfado en las urnas.
Hay quienes reproducen esta definición y quienes la califican de neofascista. Pues en realidad tanto unos como otros están confundidos.
¿Es neofascista?
Es que, aunque parezca imposible, en Italia hay movimientos políticos más a la derecha que la líder de Fratelli D’Italia. Y son precisamente estos los neofascistas que hasta el día de hoy lamentan la caída de Benito Mussolini.
CasaPound es un movimiento político fascista de extrema derecha italiano fundado en Roma en 2003
El grupo, que se ha presentado a elecciones obteniendo escasos votos, propone, entre otras cosas, la nacionalización de la banca, la salida del euro, la emisión por parte de Italia de su propia moneda, cerrar las fronteras a productos de países con salarios bajos, bloquear la inmigración y terminar con la financiación pública a la política.
Además, muchos de sus militantes, y dirigentes, han protagonizado o justificado actos violentísimos, incluso asesinatos
Una mujer de 36 años fue violada en reiteradas ocasiones con una violencia brutal en 2019, como quedó demostrado por las pericias médicas que se le hicieron. El hecho ocurrió el 12 de abril en la ciudad de Viterbo (Lacio). Según palabras de la víctima, los violadores serían dos jóvenes de la misma ciudad: Francesco Chiricozzi, 21 años, consejero en el municipio de Vallerano —pequeño pueblo en la provincia de Viterbo— y Marco Licci, de tan solo 19 años, ambos militantes de CasaPound.
Recientemente, un joven 19 años militante de CasaPound se convirtió en el primer italiano investigado por la Justicia de nuestro país tras viajar a Ucrania para luchar contra los rusos.
Desde CasaPound han incluso agredido fisicamente al mayor aliado de Meloni, Matteo Salvini (la Lega).
Quizá tan solo por la existencia de CasaPound y Forza Nuova es que Fratelli D’Italia y Giorgia Meloni no puedan ser calificados de “neofascistas”. Porque caso contrario, no nos quedaría rótulo para esos escasos actores que están apenas unos centímetros a la derecha de la nueva líder italiana.
Esto, a pesar de que Meloni, desde que es joven, haya reivindicado la figura del genocida Benito Mussolini, aliado de Adolf Hitler
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Para quienes intente alegar que eso ocurrió cuando Meloni era apenas una adolescente, en 2020 hizo lo propio con el fascista Giorgio Almirante.
Pero con el paso del tiempo y a fuerza de hacer crecer esos bajos porcentajes, Meloni fue dejando de lado la reivindicación fascista, alejándose así, al menos en lo discursivo, del polo más extremo y oscuro con el que cuenta la política italiana.
Como dato anecdótico, ante tanto fascismo parece algo menor, un concejal de su partido, Luca de Marchi, en 2019 repartió dulces “solo a niños italianos”.
Bueno, ¿qué más hace falta para ser llamado fascista que querer excluir o aniquilar a los extranjeros? En la mayoría de los países, solo eso. Pero en Italia hay partidos que explícitamente reivindican ataques como el de Luca Traini que en 2018 salió armado de su casa y comenzó a disparar a todos los africanos que se cruzó en su camino: hirió a siete personas.
Tras el brutal asesinato de Alika Ogorchukwu a plena luz del día en Civitanova Marche, Meloni, en campaña electoral, condenó la violencia.
El video del crimen de Alika ante la mirada de transeúntes (imágenes sensibles) #civitanovamarche #alikaogorchukwu #racismo https://t.co/YdXVb5UwQR pic.twitter.com/rKLNz3rJhB
— AhoraRoma.com (@AhoraRoma) July 30, 2022
La respuesta es que evidentemente Meloni tiene convicciones neofascistas y que en los últimos años ha ido alejándose del polo fascista para poder incrementar su caudal de votos. Hay expectativa por ver si mantiene esta línea durante su gestión.
¿Ganó la centroderecha?
A raíz de lo expresado anteriormente no son pocos los que se sorprenden al leer que en Italia ganó la “centroderecha”.
Esto se presenta así en Italia porque efectivamente Fratelli d’Italia integra un frente electoral con la Lega de Salvini y con Forza Italia de Silvio Berlusconi.
Entonces, yendo de neofascistas a centroizquierda, el arco político con los principales actores podría alinearse de la siguiente manera: CasaPound, Forza Nuova, Fratelli D’Italia, la Lega, Forza Italia, Movimiento 5 Estrellas y Partido Democrático.
En esa alianza de la derecha, el único que podría quitarle el mote de extremaderecha a sus candidatos sería Silvio Berlusconi. Sin embargo, la pobre elección de Forza Italia y la Lega dejan a Fratelli d’Italia con todo el poder y todo el peso ideológico.
Además, la histórica diferencia porcentual con la que el frente de derecha se impuso sobre la centroizquierda, le deja luz verde a Meloni para conducir un Gobierno mucho más cercano a la extremaderecha que a la centroderecha
La ultraderecha al poder
En este escenario, Meloni, consciente de que ganó tras abandonar sus banderas neofascistas, difícilmente pueda ser calificada como CasaPound y se aferrará a más no poder al título de “centroderecha” que no le pertenece.
A diferencia de Salvini, que hasta la última elección parecía lo más a la derecha que podía llegar el sector conservador italiano, Meloni no ha escondido sus formas y a despotricado sin pelos en la lengua contra la inmigración, contra el feminismo, contra la diversidad de géneros, contra el aborto, contra el islamismo y contra las decisiones que se toman en Bruselas.
Mientras que Salvini hacía esfuerzos imposibles para ocultar su racismos con el decreto Sicurezza que criminalizaba la inmigración y aceptaba alianzas con el PD y con el M5E, Meloni no tiene problema en militarizar las fronteras si hiciera falta y jamás concedería un centímetro a algún partido que no estuviera dentro de su arco político.
Quizá sea por eso que Salvini cayó a los 8 puntos y Meloni logró una votación histórica.
Xenofobia
Si bien la participación en las elecciones ha sido de las más bajas en la historia italiana y el PD insiste en que la “centroderecha será mayoría en el Parlamento, pero no en el país”, desde hace años Italia no ha hecho absolutamente nada para combatir una xenofobia galopante.
Lo más peligroso de todo esto es que así como Fratelli D’Italia obtenía porcentajes irrisorios años atrás, quizá de acá a unos años movimientos como CasaPound consigan también la epopeya Meloni.
En el inicio del año 2019, el deseo del equipo editorial de AhoraRoma.com fue terminar con la violencia y discriminación contra los extranjeros bajo la etiqueta #SinRacismo.
Italia debe caer lo más bajo posible por ser esclavo de el anglosionismo de la otan hasta que hartos otras vez condenen a los fascistas