El presidente del Consejo de Ministros, Giuseppe Conte, planteó a Turquía, Bielorrusia y China como ejes del Consejo Europeo que comenzó este 1° de octubre.
Además, el jefe del Ejecutivo indicó que la recuperación económica y las inversiones también estarán entre los temas prioritarios para los 27.
Según explicó en declaraciones a la prensa, tratarán una agenda común sobre las “tensiones” a nivel internacional. En ese sentido, el Mediterráneo oriental y la relación de la Unión Europea y Turquía serán clave.
Sin embargo, las primeras conclusiones parecen no ser positivas. Con posturas encontradas entre Grecia y Chipre, por un lado, y Alemania y Francia, por el otro, el Consejo no llegaría a una posición común sobre las maniobras militares de Ankara en aguas del Mediterráneo oriental.
Por su parte, Conte anticipó que se planteará una postura común sobre la crisis de Bielorrusia y la escalada entre Azerbaiyán y Armenia.
“Discutiremos nuevamente la relación de la UE con China”, agregó el premier
El tema chino sigue en agenda para el Ministerio de Asuntos Exteriores, que conduce Luigi Di Maio. El martes 29 y el miércoles 30 de septiembre el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, trajo al país asiático a la discusión con Italia y con el Vaticano.
Inversión y digitalización
Conte anticipó que el desarrollo también estará en agenda. El primer ministro calificó como “prioritarias” las inversiones en infraestructuras digitales.
Esa renovación tecnológica forma parte del programa Next Generation UE, que permitirá a la UE “recuperar terreno” frente a Estados Unidos y China.
“Es una gran inversión en capital humano, porque de esta forma aseguramos un futuro más seguro para los nuevos generaciones”, subrayó Conte.
Las negociaciones sobre este tema son clave, ya que aún deben terminar de delinearse algunos puntos de esas ayudas, así como del Presupuesto de la Unión para las próximos años.
Las diferencias están, especialmente, en torno al cumplimiento del Estado de Derecho en los miembros que reciben las ayudas, una condición que podría perjudicar a Hungría y Polonia.
Aunque aún quedan varias semanas, el trámite deberá acelerarse para que pueda ratificarse a nivel nacional en los 27 países de la Unión.