El presidente de la República, Sergio Mattarella, juramentó ante el Parlamento en el comienzo de su segundo mandato. Luego colocó una corona de laurel sobre la Tumba del Soldado Desconocido en el Altar de la Patria y se dirigió al Palacio del Quirinal.
Mattarella partió de Plaza Venezia al Quirinal a bordo del clásico Lancia Flaminia 335 con el presidente del Gobierno, el Secretario General de la Presidencia de la República y el subsecretario de Marina.

“Es para mí una nueva e inesperada llamada a la responsabilidad que, sin embargo, no puedo y no pretendo escapar”, así comenzó el discurso
“Les agradezco la confianza que han depositado en mí al llamarme por segunda vez para representar la unidad de la República”, agregó.
“Cumpliré con mi deber de acuerdo con los principios y normas de la Constitución, a la que acabo de renovar el juramento de fidelidad, y a la que he tratado de apegarme en todo momento durante los últimos siete años”, enfatizó.

En cuanto a las prioridades, Mattarella remarcó las “urgencias sanitarias, económicas, sociales que nos interpelan. No podemos permitirnos retrasos o incertidumbres”.
“Italia es un gran país. El espíritu de iniciativa de los italianos, su creatividad y solidaridad, el extraordinario compromiso de nuestras empresas, las elecciones de las instituciones nos han permitido reiniciar. Han permitido que la economía alcance resultados que ahora nos sitúan en el grupo de cabeza de la Unión. Pero esta recuperación, para consolidarse y no ser efímera, necesita planificación, innovación, inversiones en capital social, un verdadero salto en la eficiencia del sistema-país”, sostuvo.
“Debemos relanzar la economía en nombre de la sostenibilidad y la innovación, como parte de la transición ecológica y digital”
El rol del Estado
“Es necesario evitar que los problemas se resuelvan sin la intervención de las instituciones para proteger el interés general: esta eventualidad siempre se traduce en beneficio de quienes están en condiciones de mayor fortaleza”, subrayó
“Los poderes económicos supranacionales tienden a prevalecer e imponerse, soslayando el proceso democrático”, agregó.
La Justicia
“Los ciudadanos deben poder tener convicción y no desconfianza hacia la justicia y el poder judicial. Tampoco deben temer el riesgo de decisiones arbitrarias o impredecibles que, contrariamente a la seguridad jurídica, afecten la vida de las personas”, indicó.
“Debe notarse siempre la gran delicadeza de la necesaria responsabilidad que la República encomienda a los magistrados. El Poder Judicial y la Abogacía están llamados a garantizar que el proceso de reforma se lleve a cabo, haciendo que la función de justicia recupere plenamente el prestigio y la credibilidad, ajustándola a los estándares europeos”, concluyó.
“Al Papa Francisco, a cuyo magisterio Italia mira con gran respeto, expreso los sentimientos de gratitud del pueblo italiano”
El recuerdo a Monica Vitti
En su discurso, Mattarella se tomó su momento para recordar al ícono del cine italiano Monica Vitti, quien murió a los 90 años el 2 de febrero.
“Italia es, por excelencia, el país de la belleza, las artes y la cultura. Así que en el resto del mundo miran, con razón, hacia nosotros. La cultura no es lo superfluo: es un elemento constitutivo de la identidad italiana”, valoró.

“Procuremos que este patrimonio de ingenios y realizaciones -que debe ser preservado y sostenido- se convierta aún más en un recurso capaz de generar conocimiento, crecimiento moral y factor de desarrollo económico. Recurso especialmente importante para aquellos jóvenes que ven en las universidades, la edición, las artes, el teatro, la música, el cine un desembarco profesional acorde con sus aspiraciones”.
“Permítanme recordar, para rendir homenaje, a una gran protagonista de nuestro cine y de nuestro país: Mónica Vitti”
“Apoyamos una escuela que sepa acoger y transmitir la preparación y la cultura, como conjunto de valores y principios que sustentan las razones de nuestro estar juntos; escuela destinada a garantizar la igualdad de condiciones y oportunidades”, encomendó.
Dignidad y palabras para el fallecido David Sassoli
“La dignidad es eliminar las muertes en el trabajo, que hieren a la sociedad ya la conciencia de cada uno de nosotros. Porque la seguridad de cada trabajador en el lugar de trabajo se trata del valor que le damos a la vida”.
“La dignidad es oponer el racismo y el antisemitismo, agresiones intolerables, no sólo a las minorías hechas objeto de violencia física o verbal, sino a la conciencia de cada uno de nosotros”
“La dignidad es prevenir la violencia contra la mujer, una llaga profunda e inaceptable que debe ser combatida enérgicamente y curada con la fuerza de la cultura, la educación, el ejemplo”, agregó.
“En primer lugar, es nuestra dignidad la que nos exige luchar sin tregua contra el tráfico y la esclavitud de seres humanos”, condenó.
“La dignidad es el derecho a estudiar, la lucha contra el abandono escolar prematuro, la eliminación de la brecha tecnológica y digital. La dignidad es el respeto por los ancianos que no pueden quedar en soledad, ni pueden estar sin un rol que los involucre. La dignidad es combatir la pobreza, la precariedad desesperada y desesperanzada que por desgracia mortifica las esperanzas de muchas personas”, sumó.
“La dignidad es no tener que ser obligada a elegir entre el trabajo y la maternidad”
“Dignidad es un país donde las cárceles no estén superpobladas y aseguren la reinserción social de los presos. Esta es también la mejor garantía de seguridad. Dignidad es un país que no se distrae con los problemas cotidianos a los que se enfrentan las personas con discapacidad. Confiamos en un país capaz de remover los obstáculos que encuentran sin razón en su vida. La dignidad es un país libre de mafias, del chantaje del crimen, libre también de la complicidad de los que fingen no ver”, enfatizó.
“Dignidad es asegurar y garantizar el derecho de los ciudadanos a la información libre e independiente”
“En este sentido me gustaría recordar en esta Cámara al Presidente de otra Asamblea Parlamentaria, la europea, David Sassoli”.
Sassoli murió el 11 de enero de 2022. Fue presidente del Parlamento Europeo desde 2019 hasta su fallecimiento diputado en la eurocámara dentro del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas desde 2009.
“Su testimonio de hombre manso y valiente, siempre abierto al diálogo y capaz de representar las instituciones democráticas al más alto nivel, caló en el alma de nuestros conciudadanos”, recordó.
Mattarella: “Aquí, somos, juntos, los responsables del futuro de nuestra República. ¡Viva la República, viva Italia!”