La elección presidencial italiana sigue empantanada, sin candidatos claros para alcanzar los 505 votos para ser elegidos. A minutos de que comience la cuarta votación, AhoraRoma analiza los posibles escenarios.
Luego de tres votaciones en los que, sin acuerdos, ningún candidato sumó los dos tercios de los electores, ahora se rebajan los votos necesarios. Un candidato será presidente con alcanzar la mayoría absoluta, es decir, 505 votos. Sin embargo, ni la izquierda ni la derecha parecen tener los números por si solos.
Ambos bloques llevan días proponiendo candidatos que no tienen demasiado recorrido. El Movimiento 5 Estrellas (M5E) postuló al jurista Paolo Maddalena, mientras la derecha propuso a tres figuras de su campo ideológico, cortésmente rechazados por la izquierda.
Lo cierto es que en las votaciones que hubo hasta este miércoles la mayoría de votos fueron en blanco. En la tercera, de este miércoles, el que se destacó, con 125 votos, fue el que ya dijo que no quiere el cargo: el actual presidente, Sergio Mattarella. Pero los votos nulos fueron cuatro veces más.
Lo cierto es que las reuniones entre los distintos partidos son permanentes. Las declaraciones cruzadas de los líderes, también. Al hablar descartan unos candidatos y proponen otros. Pero, al jueves, algunas opciones parecen abiertas.
La opción Draghi
El actual primer ministro era una especie de apuesta obvia para la elección presidencial por su prestigio dentro y fuera de Italia, hasta que llegó al Palacio Chigi. Aunque se mostró dispuesto, el M5E y La Liga no parecen de acuerdo con una mudanza que podría terminar con la mayoría que sustenta al Gobierno.
Un centrista
El ex presidente de la Cámara de Diputados, Pier Ferdinando Casini, podría ser una opción. De perfil moderado, estuvo cerca de Silvio Berlusconi y, en las últimas elecciones, entró al Parlamento de la mano del Partido Democrático (PD). Justamente esto último podría complicar sus chances: Matteo Salvini, líder de La Liga, lo consideró vinculado a esa facción.
Las mujeres
Antes de la cuarta votación, se perfilan dos mujeres de alto nivel para entrar en el juego. Una es Elisabetta Casellati, presidente del Senado. Perteneciente a Forza Italia, abogada y reconocida por todos los partidos, permitiría a la derecha colocar un presidente afín por primera vez en décadas. Aunque la izquierda la ven bien en su lugar actual.
Otra es Elisabetta Belloni. Diplomática de gran prestigio, es actualmente la jefa de la inteligencia italiana, la primera mujer en acceder al cargo. Su perfil como técnica y apartidaria podría abrirle las puertas del Quirinale.