En el juicio que se sigue contra el cardenal Angelo Becciu por malversación de fondos, este viernes 25 se conoció que el acusado grabó al papa en una conversación telefónica.
En una de las audiencias que se llevan adelante en los juzgados del Vaticano se reveló la grabación, que el cardenal grabó sin informarle al pontífice.
La prensa que cubre el evento no pudo escuchar el audio, que el tribunal y los participantes del juicio escucharon a puertas cerradas. Sin embargo, por las reconstrucciones posteriores, pareciera que Becciu pedía ayuda a Francisco sobre el juicio.
El fiscal vaticano Alessandro Diddi señaló que “por la voz, se ve que el papa se mantiene perplejo” e insiste en que “se queda sorprendido con lo que escucha”. Además, el funcionario judicial destaca que la grabación fue hecha en 2021, pocos días después de que el pontífice haya superado una operación de colon.
Dijo, además, que recibió una autorización “del superior a que se escuche la conversación”, en una alusión que pareciera referirse a Francisco.
Por su parte, los abogados de Becciu sostienen que el audio no desmiente que el papa estaba al tanto de la operación financiera que había realizado el prelado. Esa es su principal defensa. Según argumenta, el dinero que está siendo investigado era para el rescate de unos misioneros en África. Y eso estaba bajo el conocimiento de Francisco.
Pero la investigación apunta a otra cosa. En medio aparece Cecilia Marogna, una joven que oficiaba como asesora en asuntos diplomáticos y de inteligencia, pero que habría utilizado los fondos para comprar artículos y muebles de lujo. La prensa italiana la apodó como “la dama del cardenal“.
Otra acusación
El mismo día que se conoció que Becciu grabó al papa (lo que fue difundido por la propia prensa de la Iglesia católica), también se supo que se lo investiga por asociación ilícita. En ella está involucrada la Cooperativa Spes de Ozieri, dirigida por Antonino Becciu, hermano del cardenal.
Para ello, el Vaticano ha solicitado a los tribunales de Sassari información para llevar adelante el proceso. Además de estos fondos, también se investiga qué sucedió con la compra de unos edificios en Londres. Becciu, número dos de la Secretaría de Estado vaticana entre 2011 y 2018, involucró a una dudosa empresa intermediaria en una operación de compraventa. Pero acabó en estafa.
Además del cardenal y de Marogna, en el juicio que se lleva adelante están acusados el bróker Gianluigi Torzi; Enrico Crasso, financiero de referencia de la Secretaría de Estado, el expresidente y el exdirector de la Autoridad de Información Financiera (AIF), René Brülhart y Tommaso Di Ruzza. También Mauro Carlino, exsecretario de Becciu, el banquero Raffaele Mincione, el abogado Nicola Squillace y el funcionario de la Santa Sede Fabrizio Tirabassi.
