
Los partidarios de legalizar la eutanasia ya recogieron más de 750.000 firmas, superando el medio millón que la ley prevé para solicitar al parlamento un referéndum sobre el tema.
En caso de que se cumplan los plazos legales, la consulta podría celebrarse el próximo año. Lo que proponen es dejar atrás la actual ley, que prohíbe el suicidio asistido. La actual norma castiga el suicidio asistido con una pena de entre 5 y 12 años de prisión.
En 2019, la Corte Constitucional introdujo una excepción en esa prohibición. Para el tribunal, podía exceptuarse cuando “los pacientes son mantenidos en vida mediante tratamientos […] y que padecen una patología irreversible, fuente de sufrimiento físico y psicológico, que consideren intolerable, siendo plenamente capaces de tomar decisiones libres y conscientes”.
Pero la llamada “muerte digna” sigue siendo inaccesible para quienes sufren enfermedades incurables y que causan sufrimiento.
Según los promotores de la campaña, en caso de que se ratifique su propuesta, se autorizaría “la ayuda médica para la muerte voluntaria” de “personas enfermas, que necesiten de esa ayuda externa para acabar con su propio sufrimiento”.
A favor y en contra de la eutanasia
Este es un “resultado extraordinario”, consideró Filomena Gallo , secretaria de la Asociación Luca Coscioni, que impulsa el proceso. “La recolección de firmas continúa, también para enviar un mensaje aún más claro y fuerte a las instituciones y a todo el país”, agregó.
La campaña recibió algunos espaldarazos desde la política. Una decena de senadores y unos 30 diputados ya manifestaron su apoyo, como también los alcaldes de Nápoles, Turín, Siracusa y Módena, entre otros. Incluso algunos subsecretarios y la viceministra de Infraestructura del Gobierno, Teresa Bellanova, respaldaron el proyecto.
También hay voces en contra. Los obispos italianos manifestaron su “grave inquietud” por la campaña de firmas. Consideran que buscan legalizar “el homicidio consentido”, lo que consideran “una derrota del ser humano”.