Tras el informe sobre los abusos en la archidiócesis de Múnich y Freising, el papa emérito Benedicto XVI escribió una carta tras un examen de conciencia “como cristiano que era cabeza de la Iglesia”.
Dice sentir “vergüenza y dolor” por la pederastia del clero, y pide perdón
“He tenido grandes responsabilidades en la Iglesia Católica. Tanto mayor es mi dolor por los abusos y errores ocurridos durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares. Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable”, reza la carta difundida este 8 de febrero.
“En todos mis encuentros, especialmente durante los numerosos viajes apostólicos, con las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, he mirado a los ojos las consecuencias de una culpa muy grande y he aprendido a comprender que nosotros mismos somos arrastrados a esta misma gran culpa cuando la descuidamos o cuando no la afrontamos con la decisión y responsabilidad necesarias, como ha sucedido y sucede demasiadas veces.Como en esos encuentros, una vez más sólo puedo expresar mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición. por el perdón”, agrega.
“En el gigantesco trabajo de aquellos días se produjo un descuido en cuanto a mi participación en la reunión del Ordinariato del 15 de enero de 1980. Este error, que lamentablemente ocurrió, no fue intencionalmente querido (…). No desmerece el cuidado y la dedicación que han sido y son un imperativo absoluto evidente para esos amigos, que el descuido se utilizó para dudar de mi veracidad, y incluso para presentarme como un mentiroso”, se defiende.
De esta manera, Ratzinger negó cualquier responsabilidad en la ocultación de los casos, pero los investigadores le acusan de haber conocido abusos y no haber actuado
El caso que se trató en la controvertida reunión de 1980 es el del sacerdote Peter H., un clérigo procedente de Renania del Norte-Westfalia que abusó de niños en su diócesis de origen y más tarde fue enviado a la archidiócesis de Múnich, donde volvió a ejercer labores pastorales, a cometer agresiones y donde finalmente fue condenado penalmente.
Expertos en derecho canónico explican punto por punto cómo se produjo el descuido que según su interpretación ha provocado las acusaciones contra Benedicto XVI. Uno de los colaboradores del papa emérito incurrió en un “error de transcripción”, por el que creyó que no participó en ese encuentro.
Los expertos aseguran que sí estuvo, como demuestran las actas que se conservan, pero subrayan que en la reunión no se mencionó que el sacerdote estuviera acusado de abusos y tampoco se discutió si iba a desarrollar actividad pastoral.