El suicidio del ex juvenil del Milan, Seid Visin, de 20 años, conmocionó a Italia. El joven había escrito una dura carta sobre el racismo que sufrió a lo largo de su vida.
El joven fue hallado sin vida este viernes 4 de junio. Había llegado a Italia desde su natal Etiopía siendo un niño, luego de que una pareja italiana lo adoptara. Pasó su infancia en Nocera Inferiore, en Campania.
Non ci sono parole giuste per dire addio a un ragazzo di 20 anni: i nostri pensieri vanno a Seid Visin, alla sua famiglia e a chi gli voleva bene. pic.twitter.com/sRSCExqw1x
— AC Milan Youth Sector (@acmilanyouth) June 4, 2021
Desde niño quiso ser futbolista, por lo que pasó primero por el Milan y luego por el Benevento. Después dejó de lado esa aspiración, aunque continuaba jugando en un equipo de fútbol sala.
La dura carta sobre el racismo
En su funeral se leyó una durísima carta que Visin había escrito en 2019 para explicar cómo se sentía. En ella, explica la dureza del trato que la sociedad le da a los negros, especialmente tras las últimas oleadas migratorias.
“Ante este particular escenario socio-político que se cierne en Italia, yo, como negro, inevitablemente me siento cuestionado”, lanza en la nota.
“Recuerdo con un poco de arrogancia que todos me querían. Dondequiera que estuviera, dondequiera que fuera, todos se volvían hacia mí con gran alegría, respeto y curiosidad. Ahora, sin embargo, esta atmósfera de paz idílica parece tan lejana; parece que todo místicamente se ha puesto patas arriba”, reflexiona.
“Siento sobre mis hombros, como una piedra, el peso de las miradas escépticas, prejuiciosas, disgustadas y asustadas de la gente”, escribió
También recuerda que cuando logró encontrar un trabajo, tuvo que dejarlo por el racismo. “Demasiadas personas, principalmente ancianos, se negaban a ser atendidas por mí”, recuerda. Y subraya que lo culpaban de que “muchos jóvenes italianos (blancos) no podían encontrar trabajo”.
Estas experiencias lo llevaron, explica, a intentar aparecer en sociedad de forma diferente a lo que era. “Como si tuviera vergüenza de ser negro, como si tuviera miedo de que me confundieran con un inmigrante, como si tuviera que demostrarle a la gente (…) que era italiano, que yo era blanco”, señala.
Y enfatiza: “Lo que dominaba (…) era el miedo. El miedo al odio que veía en los ojos de la gente hacia los inmigrantes, el miedo al desprecio que sentía en la boca de la gente, incluso de mis familiares que constantemente melancólicos invocaban a Mussolini y hablaban del ‘Capitán Salvini'”.
El suicidio del juvenil del Milan lanzó una alerta. Falta saber qué repercusión tendrá sobre el conjunto de la sociedad.