La fiscalía investiga un posible delito de las autoridades locales, que habrían permitido que los locales nocturnos de Costa Esmeralda siguieran abiertos.
Según la denuncia, esto habría favorecido la propagación del virus en la isla y, luego, en otras regiones del país. Sin embargo, hay distintas versiones sobre la acción del Consejo Regional, que encabeza Christian Solinas (centro derecha).
El escándalo aumentó por unas explosivas declaraciones del jefe de la bancada de Forza Italia en la región, Angelo Cocciu. El político aceptó, en declaraciones televisivas, que las autoridades decidieron mantener abiertos los locales nocturnos.
“No se trataba de mantener abiertas las discotecas hasta el 31 de agosto. Sólo uno o dos días. Corríamos el riesgo”, lanzó el político. Y lo justificó en que muchas discotecas habían “invertido mucho” para esta temporada.
“Le pedimos al presidente algunos días más de apertura”, agregó Cocciu. Según él, lo hizo luego del llamado de algunos empresarios, debido a que la limitación a las discotecas emitida por el Gobierno central hubiera frenado actuaciones de importantes DJs en sus locales.
El 7 de agosto, la administración de Giuseppe Conte había dispuesto el cierre de las discotecas, pero daba la última palabra a las regiones. Fue recién el 16 cuando se dispuso desde Roma que ese sector quedara vedado. Mientras tanto, Cerdeña habría permitido su continuidad.
Las autoridades regionales se desmarcaron de los comentarios de Cocciu y los limitaron a “apreciaciones personales”. Aseguraron que las decisiones que tomaron fueron en coincidencia con el comité técnico-científico.
Pero desde la oposición no parecen estar de acuerdo: el Movimiento 5 Estrellas ya pidió la dimisión de Solinas y todo su gobierno. “Vendieron la salud de los ciudadanos”, lanzaron.
