El decreto Recuperación incluyó un capítulo polémico y novedoso: la regularización de miles de migrantes irregulares, especialmente quienes trabajan en el campo o como cuidadores.
Los cálculos oficiales apuntan a que la medida alcanzaría a unas 500.000 personas
El plan contempla otorgar residencia temporal por seis meses (prorrogables por otros seis) a los inmigrantes irregulares, aunque se deben cumplir algunos requisitos. El procedimiento aplica a quienes se les venció el permiso de residencia como a quienes nunca lo tuvieron.
El primer ministro Giuseppe Conte presentó la medida como parte de una “lucha” contra la inmigración ilegal, ya que excluye a los migrantes con problemas legales y a los empresarios condenados por contratación ilegal o delitos como la explotación de la prostitución o la inmigración.
En ese sentido, los migrantes deben haberse identificado a su llegada a Italia mediante foto antes del 8 de marzo de 2020 o tienen que demostrar haber residido en el país de forma continuada antes.
El decreto prevé una contribución de los empresarios de 400 euros por cada migrante que contraten. En tanto, el trabajador deberá pagar 160 euros para obtener el permiso de residencia temporal de seis meses.
La encargada de presentar la medida fue la ministra de Agricultura, Teresa Bellanova. La dirigente, de Italia Viva, fue trabajadora rural y dirigente sindical, y había tomado el tema como una bandera personal. Se calcula que unos 300.000 trabajadores rurales podrán regularizar su situación.
“Los invisibles serán menos invisibles, quienes fueron brutalmente explotados en los campos podrán acceder a un permiso de residencia”, indicó la titular de la cartera agrícola, entre lágrimas.
El Estado prevee recaudar unos 2.600 millones de euros
En tanto, Conte defendió la necesidad de sumar trabajadores ante la “falta de mano de obra” en el campo. El cierre de fronteras refuerza esa necesidad en el país.
Una regularización polémica
Esta medida generó fuertes críticas de la oposición. El líder de La Liga, Mateo Salvini, no tardó en cuestionar la medida. Para él, el Gobierno está más preocupado por los migrantes que por los propios italianos. Incluso se burló de la emoción de la ministra Bellanova en el anuncio.
Se trata del capítulo más polémico del decreto. Incluso, según fuentes gubernamentales, fue el que generó más discusiones internas, debido al inicial rechazo del Movimiento 5 Estrellas (M5E).