Este 11 de julio el Vaticano accedió al pedido de la familia de Emanuela Orlandi, la adolescente desaparecida el 22 de junio de 1983, de abrir dos tumbas en el cementerio teutónico de la Santa Sede.
Había sospechas de que su cuerpo estuviera allí
Se inspeccionaron dos tumbas: la primera tumba pertenece a la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en 1836. La segunda es la de Carlota Federica de Mecklemburgo, quien murió en 1840.
Sin embargo, las tumbas estaban completamente vacías
Ni siquiera se encontraban los restos de Hohenlohe y Mecklemburgo.
“Las tumbas están vacías. No hay huesos. Es una cosa increíble”, dijo la abogada de la familia Orlandi, Laura Sgrò.
“Me esperaba cualquier cosa, menos que las tumbas estuvieran vacías”, dijo a la prensa Pietro Orlandi que desde hace 36 años busca a su hermana.
“Es vergonzoso que después de 36 años no haya justicia para Emanuela”, se quejó Sgrò.
