
El lunes 11 de marzo el presidente del Consejo Giuseppe Conte participó de la inauguración del establecimiento de ‘Fincantieri infrastructure’ en Valeggio sul Minco, Verona, donde se realizará parte del trabajo para la construcción del nuevo puente de Génova que deberá sustituir al que se derrumbó en el agosto pasado.
El presidente remarcó la importancia de que esa obra tan importante sea construida en Italia por una industria italiana conocida en todo el mundo y muy apreciada por sus excelencias y capacidades, y ha puntualizado cuan necesario es que, como hace Fincantieri, las industrias trabajen no solo para su provecho, sino también para la comunidad y con respeto al ambiente.
Conte ha subrayado la necesidad de invertir en la formación de los trabajadores, a fin de incrementar el nivel de la industria, pero también de dar dignidad a las personas, haciendo hincapié en lo afirmado en el artículo 36 de la Constitución italiana, según el cual el trabajo y su retribución deben consentir al trabajador una existencia libre y digna también para su familia.
En la conclusión de su intervención, el premier ha hablado del plan del Gobierno de volver a poner en marcha muchas obras de infraestructuras que están paralizadas hace años y empezar otras nuevas que son necesarias.
Pero, ha añadido, “obras nuevas que sirvan realmente al país, que aumenten su competitividad y que correspondan a los reales intereses de los ciudadanos”. Clara la referencia a las diferentes opiniones que los vicepremieres Matteo Salvini e Luigi Di Maio tienen sobre el Tren de Alta velocidad (TAV), lo que ha causado una especie de crisis de Gobierno en las pasados días.