
El Gobierno impuso testeos obligatorios para los viajes desde China. Estados Unidos y Japón también tomaron la misma medida.
El Ministerio de Sanidad impuso esta medida luego de que un testeo detectara que la mitad de los pasajeros procedentes del país oriental tenían COVID-19.
“La medida es esencial para garantizar la vigilancia y la detección de posibles variantes del virus con el fin de proteger a la población italiana”, señaló el titular de la cartera sanitaria, Orazio Schiallaci.
Las autoridades informaron que, desde ahora, los pasajeros deberán presentar un test de COVID-19 negativo para poder ingresar a Italia. Hasta ahora la medida no ha sido imitada por ningún otro país de la Unión Europea ni el espacio Schengen. Sólo Estados Unidos y Japón han impuesto controles similares.
Por otro lado, se realizarán estudios para conocer si se trata de nuevas variantes de la enfermedad. El final de las medidas de cierre total en el país asiático hacen temer a los científicos que los viajes desde China puedan traer mutaciones del virus que se comporten de maneras diferentes a las que ya circulan.
La medida se toma cuando los casos registrados de coronavirus están bajando en Italia, pero se registró una leve alza de los fallecimientos por la enfermedad.
China ha informado oficialmente 4,4 millones de casos de COVID-19 desde que comenzó la pandemia, caracterizada en ese país por estrictos confinamientos. El final de esas restricciones tras una ola de protestas ha elevado los contegios.
A las fotografías de hospitales desbordados se suman las cifras: en los últimos 28 días hubo 815.995 casos. Es decir, el 18% de los casos confirmados en casi tres años de pandemia se produjeron en el último mes.