El superyate Scheherazade está valuado en 650 millones de euros. La Guardia de Finanzas lo relaciona con el Gobierno ruso, pero versiones periodísticas se lo atribuyen al propio Vladimir Putin.
El barco estaba en Marina di Carrara desde septiembre. Y estaba en la mira de las autoridades desde que comenzaron las incautaciones de bienes de empresarios y gobernantes rusos por la guerra en Ucrania.
La Guardia de Finanzas decidió incautar el súper yate porque pudo establecer vínculos con “personalidades prominentes del Gobierno ruso” y con personas sancionadas. Sin embargo, no aclaró si pertenece al presidente Putin. Eso es lo que dice el opositor Alexéi Navalni, condenado en Rusia por diversas causas judiciales.
El buque, de 140 metros de eslora, mantiene hace mucho tiempo el misterio sobre quién es su dueño. Eso hace crecer las dudas de que podría tratarse de una propiedad del mandatario.
Según reportes periodísticos, la Guardia de Finanzas encaró la incautación porque, si bien le faltan algunos datos sobre la propiedad del navío, acababa de terminar su reparación. Es decir, que en breve podría haber zarpado.
Un súper yate de lujo
El Scheherazade tiene elementos de muchísimo lujo. Por ejemplo, cuenta con dos helipuertos y con una piscina con cubierta retráctil. Eso permite que el lugar se transforme en pista de baile y gimnasio.
Esta incautación se suma a los más de 950 millones de euros que el Gobierno ya confiscó a oligarcas y gobernantes de Rusia. Aunque encara problemas para su mantenimiento, las acciones continúan para cumplir con las sanciones a ese país.
