El presidente Sergio Mattarella realizó un discurso con la mirada puesta en Ucrania. La Fiesta de la Liberación también tuvo manifestaciones en todo el país.
La localidad de Acerra, en Nápoles, fue uno de los escenarios. Allí se produjo una matanza de civiles en 1943, por un levantamiento contra el poder fascista, a esa altura dominado por los nazis. “La historia de nuestra libertad la escribieron ellos, nuestra Constitución democrática nació de su sacrificio”, dijo el presidente.
El jefe del Estado reivindicó a quienes tomaron las armas o a quienes se negaron a sumarse al ejército de la “lúgubre bandera de Saló”.
“Hoy, en esta temporada impredecible y dramática que atravesamos en Europa, el valor de la Resistencia -resistencia a la agresión, al odio, a las masacres, a la barbarie contra civiles- supera sus propios límites temporales y geográficos”, señaló, en directa referencia a Ucrania.
Mattarella señaló que la madrugada del 24 de febrero, cuando comenzó la invasión rusa a Ucrania, sintió “una fuerte sensación de alarma, tristeza, indignación”. Rápidamente, se sumó “el pensamiento de los ucranianos despertado por las bombas y el ruido de los tanques”.
“Este retroceso en la historia representa un peligro no solo para Ucrania sino para todos los europeos, para toda la comunidad internacional”, destacó. “Sentimos la necesidad de detener de inmediato esta deriva de la guerra antes de que pueda perturbar aún más la convivencia internacional, antes de que pueda extenderse trágicamente”, subrayó.
Por su parte, el primer ministro Mario Draghi, en su mensaje por la Fiesta de la Liberación, destacó “la gratitud a los que lucharon por la paz y por la liberación de Italia de la dictadura del nazi-fascismo”. Asimismo, consideró que “la generosidad, el coraje, el patriotismo de los partisanos y de toda la Resistencia son valores vivos, fuertes”.
