El primer ministro Mario Draghi anunció la progresiva eliminación de buena parte de las limitaciones por el COVID-19. Prometió una “vuelta a la normalidad”.
En principio, se anunció el fin del estado de emergencia, tras dos años y dos meses de vigencia. La medida, que fue tomada por el entonces premier, Giuseppe Conte, permitía al Gobierno destinar recursos y tomar decisiones de manera acelerada.
Asimismo, el Consejo de Ministros resolvió eliminar la cuarentena por el contacto con un contagiado. Sólo será necesaria vigilar si hubiera síntomas para, eso si, aislarse en caso de ser positivo.
Tampoco seguirá siendo obligatorio el green pass para la mayoría de lugares abiertos. Y en los lugares cerrados sólo habrá que exhibirlo hasta el 30 de abril.
“Gracias a las vacunas se evitaron casi 80.000 muertes más en Italia solo en 2021. El pasaporte digital fue un gran éxito”, señaló Draghi. El presidente del Consejo de Ministros subraya esto frente a las protestas por su obligatoriedad.
Desde el 1 de mayo tampoco serán obligatorias las mascarillas FFP2 en aviones, barcos, trenes, en el transporte público, teatros y eventos deportivos. Hasta entonces si que se mantendrá su exigencia en esos espacios.
Tampoco seguirá vigente el sistema de colores para indicar la situación epidemiológica en cada región. Y se disolverá el comité científico técnico que asesoró al Ejecutivo desde el comienzo de la pandemia.
“El objetivo era la vuelta a la normalidad, reconquistar nuestra vida social, reabrir la economía, hacer que los jóvenes fueran a clase. Las medidas aprobadas hoy muestran que hemos llegado a eso”, resaltó Draghi.
Sin embargo, todo dependerá de la evolución de la pandemia. “El gobierno valorará en base a la situación”, señaló el ministro de Sanidad, Roberto Speranza. Estas decisiones podrían ser revocadas si hubiera un cambio de situación.