Por fin la embarcación Sea Watch 3, que había estado varada por un día entero delante del puerto de Lampedusa con 47 migrantes, en la tarde del domingo 19 de mayo ha sido escoltada por dos naves patrulleras al puerto de la isla.
La primera en salir ha sido una mujer embarazada con su marido
La situación se ha desbloqueado después que el comandante, Arturo Centore contactara a la Guardia Costera por la grave condición de los migrantes, amenazando entrar en el puerto sin autorización. Algunos migrantes, desesperados, querían tirarse en el agua.
La Fiscalía de Agrigento, con el procurador adjunto Luigi Patronaggio —el mismo del caso Diciotti— de acuerdo con la Policía Financiera ha encontrado una solución que les ha permitido desbancar al ministro del Interior: notificar a la tripulación la confiscación del barco, lo que ha obligado que este fuese llevado al puerto y que todos los migrantes fuesen acogidos en el ‘hotspot’ de Contrada Imbriacola.
Una verdadera lucha entre la Fiscalía y la Policía Financiera por un lado y el ministro y vicepremier Matteo Salvini por el otro.
Este vio el desembarco en vivo y en directo desde el estudio de la red La7 y dijo que, como no había sido él quien diera el orden, debía haber sido algún otro ministro, y añadió: “Por esto alguien deberá responder”. Un llamado a los aliados del Movimiento 5 Estrellas.
UPDATE: Disembarkation of all our guest is completed. Our guests get a warm welcome by the Italian civil society – Grazie Italia! pic.twitter.com/Nms2fFEJZN
— Sea-Watch International (@seawatch_intl) 19 de mayo de 2019
La respuesta del otro vicepremier Luigi di Maio ha llegado desde el programa ‘Che tempo che fa’: “El secuestro lo hace la magistratura” y, refiriéndose a los migrantes, dice que la única solución es la redistribución entre los países europeos.
Aún más duro el ministro de los Transporte, Danilo Toninelli, que replica a las acusaciones de Salvini diciendo que ese tendría que informarse antes de hablar y luego ataca: “Y que busque soluciones reales sobre los reimpatrios, todavía no aviados desde que él es el responsable de la seguridad nacional”.
Todo eso, que para Salvini es una gran derrota política, pasa a una semana de las elecciones europeas y antes del Consejo de ministros donde él espera que sea aprobado el Decreto seguridad bis, tan cuestionado no solo en Italia, sino también al extranjero, hasta por la ONU, que lo ha definido “una violación de los derechos humanos y de las convenciones internacionales”.