El Observatorio Autopromotec se basó en datos del Istat y los comparó con el precio que los clientes pagan por un auto 0km, usado y reemplazos de partes.
Así llegaron a la conclusión que el precio de los autos nuevos aumentó entre 2015 y 2018 un 3,4%, más que la inflación registrada en ese período por el instituto de estadísticas, que fue del 2,3%.
Para los dueños de autos usados no fueron años favorables, menos si tenía un auto diésel. Es que debido a distintas medidas que tomaron algunas ciudades que apuntan a la reducción de la flota con esta motorización hicieron que la demanda baje y por ende, también el precio de reventa. Así, la caída del bien fue del 6,3% en comparación con el resto del parque.
Por último, los costos de mantenimiento del vehículo tuvieron altibajos. Por un lado, el costo general de reparaciones aumentó un 4%, superando a la inflación, pero el precio de los lubricantes subieron un 1,7%; accesorios y repuestos, 1,6%; y neumáticos 1,7%.