Una vez más, el papa Francisco se metió de lleno en el debate por la crisis de refugiados en Europa. “Las migraciones enriquecen nuestras comunidades. Incluso Jesús fue un refugiado”, sentenció.
“Moverse y establecerse en otro lugar con la esperanza de encontrar una mejor vida para ellos y sus familias. Este es el profundo deseo que ha movido a millones de migrantes a lo largo de los siglos”, recordó el sumo pontífice. Millones de historias, entre las que se cuentan la de tantos italianos que en tiempo de guerra abandonaron su país para buscar una mejor vida.
Los abuelos paternos de Jorge Mario Bergoglio emigraron a Argentina desde Italia en enero de 1929
“El dramático éxodo de los refugiados una experiencia que el mismo Jesucristo intentó, junto con sus padres, al comienzo de su vida terrenal, cuando tuvieron que huir a Egipto para salvarse de la furia asesina de Herodes”, sermoneó.
“El viaje de los migrantes no siempre es una experiencia feliz, solo piense en los terribles viajes de las víctimas de la trata“, lamentó. “Al igual que la historia de la humanidad, la historia de la salvación ha estado marcada por itinerarios de diferentes tipos: migraciones, exiliados, escapes, éxodos, todos motivados por la esperanza de un futuro mejor en otros lugares”, sostuvo.
No es la primera vez que el líder de la Iglesia católica se manifiesta a favor de los inmigrantes, en tiempos donde el Gobierno nacional impulsa una política extremadamente xenófoba.
Durante el conflicto entre Malta e Italia por el desembarco de los migrantes del Diciotti, el propio Francisco intercedió para que pudieran desembarcar en nuestro país. La Iglesia –y no el Estado– se hizo cargo de decenas de personas.