Una reciente modificación en la legislación italiana, conocida como el “Código Rojo”, ha resultado determinante en la captura de un hombre de 31 años que acosaba a una excolega.
El individuo, con antecedentes por violencia, fue arrestado en flagrancia diferida por la policía postale debido a una serie de actos persecutorios cometidos en los últimos dos meses.
La investigación se inició a raíz de la denuncia presentada por la joven víctima, empleada de una destacada empresa multinacional de consultoría.
La mujer, al borde de una profunda agitación, había alertado a la policía postale de Roma el pasado 13 de noviembre tras recibir un ramo de flores en su casa, seguido de una serie de eventos que alteraron su vida diaria y la llevaron a considerar la ayuda psicológica.
Según la reconstrucción de la policía, la víctima recibió una misiva anónima en su correo corporativo que incluía una foto suya tomada de su perfil de Instagram.
Descubrió que, a su nombre pero sin su conocimiento, se realizaron intentos de compras en línea y se activaron servicios en sitios web de naturaleza sexual.
A finales de noviembre, la joven recibió dos correos electrónicos con contenidos amenazantes: “Tu final está cerca” y “piensa en tu muerte”. Las misivas, aparentemente de la propia víctima, utilizaban un dominio extranjero para garantizar el anonimato.
A pesar de los esfuerzos iniciales de la policía, la identificación del acosador se veía obstaculizada por su habilidad para borrar sus huellas digitales, utilizando técnicas informáticas como el uso de una VPN rumana.
Además, las transacciones en línea se realizaron con pagos extranjeros, complicando la obtención de detalles específicos.
La investigación dio un giro durante la víspera de Año Nuevo, cuando la mujer denunció un incidente similar al inicial: la compra en línea de un costoso anillo de oro y brillantes entregado en su casa el 28 de diciembre.
Los agentes de la policía postale lograron rastrear al acosador: un hombre de 31 años, antiguo colega de la víctima, con antecedentes penales por violencia y condenado previamente por posesión ilegal de armas.
El arresto se ha convalidado, y el juez ha ordenado la medida de arresto domiciliario con la obligación de llevar un brazalete electrónico para el individuo de 31 años.
La policía destaca la eficacia de la nueva normativa del Código Rojo, que permitió la detención prevista gracias a las pruebas recopiladas sobre el último acto persecutorio denunciado, así como amenazas anteriores.
