En un hecho sin precedentes, un treintañero italiano, residente cerca de Monza y previamente condenado por stalking, se convierte en el primer caso en Italia en el que se aplica el nuevo brazalete electrónico de urgencia.
La propuesta, originada por el jefe de Policía de Monza y aprobada por el presidente de la sección autónoma medidas de prevención de Milán, marca un hito en la lucha contra la violencia de género.
Este suceso se enmarca en la entrada en vigencia, el pasado 9 de diciembre, del nuevo decreto de ley contra la violencia hacia las mujeres.
Bajo las restricciones de esta nueva normativa, la aplicación del brazalete se reserva para casos específicos de delitos de acecho o amenazas.
En caso de manipulación, la legislación permite el arresto del individuo incluso fuera de flagrancia del delito.
El hombre de 30 años, con antecedentes penales, había comenzado a hostigar a una joven con la que tuvo un breve romance, pero ella decidió no seguir una relación estable.
Desde abril, cuando ella lo denunció, y a pesar de un primer aviso del questore de Monza, el acosador nunca se presentó a las sesiones programadas con los psicólogos y continuó hostigando a la joven.
A pesar de la condena a un año y seis meses de prisión a fines de octubre y a la medida cautelar en vigor, no dejó de acosarla, siguiéndola en todas partes y aterrorizando también a sus amigos, hasta hace unos días.
El hombre aceptó llevarlo, como alternativa a presentarse ante las Fuerzas de Policía cada tres días. Ahora, está obligado a no acercarse a lugares frecuentados por la joven y a mantener una distancia de al menos 500 metros.
