La isla de Lampedusa, en el corazón del Mediterráneo, se ve nuevamente sumida en una crisis migratoria, con más de 1.200 personas desembarcando en sus costas en tan solo 24 horas.
Este incremento repentino, que eleva la cifra total de migrantes en el centro de recepción de la isla a 1.430, ha generado preocupación y ha llevado a las autoridades a tomar medidas inmediatas.
En la última oleada de desembarcos, ocurrida durante la noche, 394 migrantes llegaron a la isla a bordo de seis barcos, rescatados por las patrulleras de la Capitanía, la Guardia de Finanzas y la agencia sueca Frontex.
Esta situación se suma a los 19 desembarcos que tuvieron lugar en el día anterior, totalizando 903 personas.
Los últimos 14 desembarcos se produjeron en un lapso de tres horas antes de la medianoche.
Los países de origen
Entre los recién llegados se encuentran 50 personas provenientes de Sfax, Túnez; 136 que zarparon el lunes por la noche desde Sabratha, Libia; 61 ciudadanos de Bangladesh, Egipto, Pakistán y Siria; y otros 52 egipcios y sirios que partieron de Zuara.
Con este nuevo flujo migratorio, el hotspot de Lampedusa se encuentra nuevamente al límite de su capacidad. Las autoridades están llevando a cabo preidentificaciones para gestionar el traslado de estas personas.
Bajo la dirección de la Prefectura de Agrigento y en coordinación con el Ministerio del Interior, se ha decidido que 230 migrantes abandonarán la isla en la mañana siguiente a través del ferry de línea con destino a Porto Empedocle.
