Un grupo de manifestantes lanzó gases lacrimógenos y piedras desde el exterior de la cárcel Ópera en Milán, donde se encuentra detenido y en huelga de hambre extrema el líder anarquista Alfredo Cospito.
Los manifestantes se fueron insultando y escupiendo a las fuerzas policiales
En Roma también hubo manifestaciones en contra del régimo 41 bis, el que cumple Cospito y el más severo de Italia, calificado por muchos como una “tortura” y violación de los derechos humanos.
En la marcha podían leerse carteles contra el subsecretario de Justicia, Andrea Delmastro.
A raíz de la polémica sobre el caso Cospito, el premier, Giorgia Meloni, hizo “un llamamiento a todos, políticos, periodistas, comentaristas, porque no debemos mirar hacia atrás mañana y descubrir que, al no entender la gravedad de lo que estaba sucediendo, acabamos siendo todos responsables de una escalada que puede llevarnos a cualquier parte”.