Según la actual ley de ciudadanía, a los hijos de extranjeros nacidos en el país les corresponde la nacionalidad de sus padres. El Ius Scholae cambiaría la situación.
El Parlamento tratará este miércoles 29 la norma, que permitiría que jóvenes que hayan nacido o hayan sido criados en Italia tengan la ciudadanía.
La medida cambiaría el criterio del Ius Sanguinis, que rige la concesión de la nacionalidad italiana. Es decir, los descendientes de italianos son italianos, pero a quienes nacen en el país les corresponde la ciudadanía de sus padres.
Bajo la ley actual, los nacidos o criados en Italiana sin ciudadanía italiana, aproximadamente un millón de personas, deben esperar a los 18 años y completar una serie de trámites.
Dalla parte giusta della storia (en el lado correcto de la historia) es la campaña que encaró el colectivo para presionar por la ley. Denuncian que la ley “ya no refleja la sociedad italiana actual”.
El debate sobre la ciudadanía
Fratelli d’Italia y la Lega ya anticiparon su voto en contra de la iniciativa. Sin embargo, la norma obtuvo un dictamen favorable en comisión, por lo que debería reunir los votos necesarios.
Para Giuseppe Brescia (Movimiento 5 Estrellas), presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales de Diputados, la reforma busca “pagar una deuda con miles de jóvenes que se sienten italianos, pero que no son reconocidos como tales”. Calificó al Ius Scholae como “una respuesta pragmática y sencilla a una demanda generalizada de cambio”.
Para Brescia, el cambio legal “no le quita nada a nadie, pero suma y crea las condiciones para una sociedad más inclusiva y justa”. Por su parte, Stefano Ceccanti, del Partido Democrático, consideró que es “hora de reconocer e integrar”.
“Garantizar que se sientan plenamente ciudadanos de la comunidad en la que crecen es esencial para garantizar que los niños y niñas, hoy extranjeros solo para las oficinas de registro, compartan plenamente los derechos y oportunidades de sus pares”, señaló Raffaela Milano, Directora de los Programas Italia-UE de Save the Children. “Las reglas sobre ciudadanía en el Parlamento son una oportunidad que no se puede perder”, clamó.