La Corte de Casación definió que Francesco Bonnano debe ser reincorporado. El inspector de Trenitalia había sido despedido por hacer demasiadas multas.
“Se acabó la pesadilla”, reconoce. Agrega que hace su trabajo con celo porque “se necesita rigor en el trabajo”. Los tribunales anteriores también le habían dado la razón.
“Treinta y ocho años de carrera. Cerrar con la vergüenza de un despido hubiera sido horrible”, se alegra
En 2017, Trenitalia había decidido despedir al jefe de tren “por causa justa”, ya que habría cometido 175 errores en el control de los billetes de los pasajeros.
Según alegó ante la Justicia, se trataba de un 3,5% de las miles de multas que había emitido. Los distintos jueces que analizaron el caso le dieron la razón a este trabajador de “celo poco común, inflexible y extremadamente meticuloso en el cobro de multas”.
“Nunca había visto despedir a un empleado porque trabaja demasiado”, señaló su abogado
El letrado, Lucio Spampatti, agregó que es aún más extraño por los “errores” de su cliente le hicieron ganar a Treintalia unos 200.000 euros.
“Desde un principio el juez de trabajo me había dado la razón”, cuenta Bonnano. “Me quedé en casa año y medio cobrando mi sueldo sin trabajar. Para mí no era una cuestión de dinero: quería volver a usar mi uniforme”, asegura en una entrevista con Corriere.
“Me encanta este trabajo y tengo un gran respeto por Trenitalia. Provengo de una familia de trabajadores ferroviarios y desde niño soñaba con pasarme el día subiendo y bajando los vagones”, destaca el inspector de Trenitalia reincorporado.
Sobre su empleo, dice que los pasajeros “lo adoran” y que los que intentan viajar sin billete son muy pocos. “Casi todos los italianos lo pagan y no soportan la idea de que haya quien disfrute del mismo servicio sin pagar un céntimo. Los pasajeros entienden que mis colegas y yo estamos trabajando duro para evitar la injusticia”, señala.
