El Viminale concede la autorización al desembarque desde la nave Gregoretti de los 16 migrantes que se han declarado menores de edad — entre los 15 y los 17 años —; los demás 116 deberán quedarse en la lancha patrullera de la Guardia Costera italiana amarrada en el malecón OTAN del puerto de Augusta, en Sicilia, donde llegó a las tres del domingo, después de haber recibido medicinas y alimentos cerca del puerto de Catania.
El ministro del Interior, Matteo Salvini, sigue con su linea dura: nadie desembarcará hasta que la Unión Europea no se haya hecho cargo de la subdivisión de los migrantes entre los países miembros
Aunque con lentitud, la Comisión Europea, a consecuencia de la petición del viernes pasado por parte de las autoridades italianas, ha iniciado los contactos “para sostener y coordinar los Estados miembros que quieran tomar parte a los esfuerzos de solidaridad en relación a los migrantes que se quedan a bordo de la nave Gregoretti”. Hasta ahora tan solo Alemania se hizo disponible en colaborar.
Entre tanto, la nave Alan Kurdi de la ONG alemana Sea Eye ha declarado haber llegado en aguas SAR — búsqueda y rescate— libias. El comentario de Salvini en Facebook: “La nave de ONG alemana anuncia haber vuelto en las aguas libias y pide donaciones de dinero online (precio sugerido: 14 euros por cada milla náutica). No comment… Buen viaje, pero lejos de Italia”.