
De rumbo en rumbo, en andanzas de desterrado, llegué a un país que no conocía y que aprendí a amar intensamente: Italia. En ese país todo me pareció fabuloso, especialmente la simplicidad italiana: el aceite, el pan y el vino de la naturalidad.
Pablo Neruda
Con esas líneas comienza la apasionante narración sobre su travesía por Italia el gran poeta Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido bajo su célebre seudónimo de Pablo Neruda.
De alma nómade y naturaleza inquieta, en su libro ‘Confieso que he vivido’, el chileno recita las peripecias de su agitada vida en exilio. Si bien anduvo casi sin rumbo fijo por más de diez países distintos, el poeta plasmó en sus escritos su particular atracción por la península itálica.
“Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana”
Así fueron los pasos y la vida clandestina del genio de la poesía por Italia, la tierra que aprendió a amar como su propia patria.
‘El cartero’, el filme que narra su paso por Italia
De la cordillera de los Andes al exilio
A principio del año 1948, Neruda entra en la lista negra del Gobierno de Gabriel González Videla. Su discurso en el Senado titulado ‘Yo acuso’, en el que denunciaba las represalias del Gobierno chileno hacia los simpatizantes comunistas, es su boleto hacia el exilio.
Un mes más tarde de sus polémicas declaraciones, el régimen chileno lo acusa de traición y levanta una orden de detención contra Neruda
De esta forma, Neruda da inicio a sus cuatro años de clandestinidad en la cual, después de vagar por varios países como la Unión Soviética y China, llega por primera vez a suelo italiano.

“¡Neruda se queda en Roma!”
Ya en tierras europeas, el poeta chileno es invitado a leer sus poemas en todos los puntos de Italia. Recorre gran parte del norte, visita universidades y teatros y pronto es declarado ciudadano ilustre de Milán, Florencia y Génova.
“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”
Frecuenta a un selecto grupo de escritores e intelectuales que aplauden sus versos, pero siempre bajo la sombra de la Policía italiana, a la cual afirma haberse encontrado en todas partes incluso, como describe en sus memorias, “hasta en el sueño y la sopa”.
La persecución de los Carabinieri lo obliga a huir al sur del país en donde, finalmente en Nápoles, le informan que debe abandonar el territorio italiano por orden de la Embajada chilena en Roma.
“Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí”
“Mi amor por Italia no servía de nada”, recordaría el poeta chileno años más tarde en alusión a aquel fatídico incidente.
Gracias a una multitud de más de 1.000 letrados italianos reunidos en la estación Termini de Roma, Pablo puede quedarse en la tierra que tanto amaba.
“¡Neruda se queda en Roma! ¡Neruda no se va de Italia! ¡Que se quede el poeta! ¡Que se quede el chileno!”, gritaba la masa
Amor a la italiana
Por invitación de un amigo, Neruda llega a Capri y no tarda en expresar su admiración por la que considera una isla maravillosa. Es en este lugar en donde el poeta consolida su amor con Matilde Urrutia.
“En un beso sabrás todo lo que he callado”

Los enamorados hacen largas caminatas, comen y beben como auténticos italianos y se divierten con los isleños. Desde aquel paso por el sur europeo hasta su muerte en septiembre de 1973, Neruda no se separará nunca de su compañera.
El epilogo en la boca del poeta
“Este Capri recóndito, al que uno entra solo después de largo peregrinaje y cuando ya la etiqueta de turista se le ha caído de la ropa, este Capri popular de rocas y minúsculas viñas, de gente modesta, trabajadora, esencial, tiene un encanto absorbente. (…) Celebramos largamente el acontecimiento con mesa florida, ‘frutti di mare’, vino transparente como el agua, hijo único de las viñas de Capri, y con la alegría de los amigos que amaron nuestro amor”, recuerda Neruda en su autobiografía sobre aquellas cosas que lo hicieron enamorarse de Italia.
La metáfora, según Neruda
El regreso a su Chile natal
En Italia recibió la noticia de que ya no era buscado y podía volver a Chile, adonde finalmente regresó el 12 de agosto de 1952.
Ese mismo año, en Italia, publicó anónimamente ‘Los versos del capitán’.
Solo en 1966 pudo contraer matrimonio con Matilde después del fallecimiento de Maruca, su primera mujer, en los Países Bajos el 27 de marzo de 1965.
Embajador en Europa y su muerte
En 1969 el Partido Comunista lo eligió precandidato, pero renunció en favor de Salvador Allende, que se convirtió en el candidato único de la Unidad Popular. El Gobierno de Allende lo designó embajador en Francia, cargo al que renuncia en 1973 por razones de salud.
“Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”
Después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, su salud se agrava y el 19 es trasladado de urgencia desde su casa de Isla Negra a Santiago, donde el 23 de septiembre muere a los 69 años debido a un cáncer de próstata.
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