“¿Me dice en qué parte del mundo estoy? Ya todo terminó. Tengo 64 años. Estoy enfermo, he cambiado”, fueron las primeras palabras del exlíder revolucionario Cesare Battisti al ingresar a la cárcel de Massama (Oristán).
El exmilitante de Proletarios Armados por el Comunismo (PAC) pisó suelo italiano después de tres décadas de exilio en América Latina, en Brasil, principalmente.
“Un hombre derrotado quizás por primera vez se dio cuenta de que tenía que pasar años en prisión. Se desplomó en su silla”, cuentas los policías del servicio penitenciario
Los agentes de la Interpol detrás del operativo de detención en Bolivia, detallaron que Battisti no habló mucho después del arresto.
Los policías Emilio Russo y Giuseppe Codispoti explicaron que el militante de extrema izquierda “sintió el aliento en el cuello, sintió que la policía italiana seguía su rastro” en Santa Cruz, Bolivia.
Los dos policías agregaron que la impresión era la de un Battisti “cansado” y que “fue casi una liberación ser atrapado”.
“Amnistía para todos los compañeros y compañeras”
Una pancarta con la inscripción “Battisti libre” apareció en piazza Verdi, área de la Universidad de Bolonia. La bandera también exige “Amnistía para todos los compañeros y compañeras”.
