Inicio Política A 80 años de las leyes raciales que dieron lugar al Holocausto

A 80 años de las leyes raciales que dieron lugar al Holocausto

Impulsadas por Mussolini y ejecutadas por el rey Vittorio Emanuele III.

Benito Mussolini y Adolf Hitler.
Benito Mussolini y Adolf Hitler.

El 5 de septiembre de 1938 el rey Vittorio Emanuele III firmó la primera disposición aprobada por Benito Mussolini que pasaría a formar parte de las leyes raciales.

En primer lugar, se excluyó de las escuelas a todos los judíos.

Mussolini, Hitler, Vittorio Emanuele III y su esposa, Elena del Montenegro.
Mussolini, Hitler, Vittorio Emanuele III y su esposa, Elena del Montenegro.

En total, fueron 180 leyes –hoy llamadas leyes de la vergüenza– aprobadas en un periodo de cinco años las que privaron a buena parte de los italianos de los derechos más básicos.

La “infamia del exterminio masivo de judíos”, teorizada por Adolf Hitler, encontró activos colaboradores en los fascistas italianos. El horror tuvo una larga oleada que comenzó con las leyes raciales, impulsadas por Mussolini y refrendadas por el jefe de Estado, el rey Vittorio Emanuele III. Fueron combatidas por muy pocas voces aisladas.

Las leyes raciales fueron una decisión deliberada, respaldada y aceptada por todos los aparatos del Estado, hasta sus cumbres, incluido el jefe de la Casa de Saboya.

En agosto de 1938 nació la ‘Defensa de la Raza’, una publicación quincenal apoyada por el fascismo y dirigida por el periodista Telesio Interlandi. Es allí donde el ‘Manifiesto de la raza’ se publica por segunda vez en dos semanas. La primera vez había sido en el Giornale d’Italia.

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El manifiesto sostiene que “las razas humanas existen”, que hay “grandes” y “pequeñas”, que el concepto de raza es “puramente biológico” y que “hay una raza italiana pura”. También remarca que “los judíos no pertenecen a la raza italiana”, y que “es necesario distinguir entre el Mediterráneo de Europa por un lado y los orientales y africanos del otro”.

Benito Mussolini.
Benito Mussolini.

Tras la aprobación de las primeras leyes, Mussolini dio un discurso público: “Con respecto a la política interna, el problema de la actualidad es el racial. También en este campo adoptaremos las soluciones necesarias. Aquellos que nos hacen creer que hemos caído en imitaciones, o peor aún, obedecido sugerencias, son pobres deficientes, a quienes no sabemos si dirigir nuestro desprecio o nuestra compasión. El problema racial no surgió repentinamente, como piensan los que están acostumbrados a los despertares abruptos. Se relaciona con la conquista del Imperio, ya que la historia nos enseña que los imperios son conquistados por las armas, pero se mantienen con prestigio. Y para el prestigio se necesita una conciencia racial clara y severa, que establezca no solo diferencias sino también una superioridad muy clara. El problema judío es, por lo tanto, solo un aspecto de este fenómeno”.

Se obligó a los judíos a realizar trabajos forzados.

Las leyes de la vergüenza

Desde aquellas semanas de 1938 hasta la abolición de las leyes raciales en 1944, los judíos no pudieron ser ciudadanos iguales a los demás. Estas leyes, llevaron a miles de judíos a la deportación y a la muerte.

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  • No podían estudiar
  • No podían enseñar
  • No podían entrar a bibliotecas
  • No podían formar parte de asociaciones culturales o deportivas
  • No podían casarse con italianos ‘arios’
  • No podían participar en medios de comunicación
  • No podían ser tutores de menores. En algunos casos, tampoco ejercer la patria potestad sobre sus hijos
  • No podían trabajar como abogados
  • No podían trabajar como escribanos
  • No podían trabajar como médicos
  • No podían trabajar como farmacéuticos
  • No podían trabajar como veterinarios
  • No podían trabajar como ingenieros
  • No podían trabajar como científicos
  • No podían trabajar como peritos
  • No podían trabajar como taxistas
  • No podían trabajar como pilotos aéreos
  • No podían trabajar en ninguna dependencia pública
  • No podían prestar servicio militar
  • No podían ser propietarios de negocios, terrenos ni fábricas
  • No podían hacer publicidad
  • Textos escritos por judíos no podían incluirse en las currículas escolares
  • Las calles, escuelas o institutos no podían tener nombres de judíos
  • No podían publicar necrológicas
  • No se podían representar obras de teatro de judíos
  • No podían ser artistas
  • No podían ser vendedores ambulantes
  • No podían poner en alquiler casas ni habitaciones
  • No podían ir a las playas ni frecuentar “lugares de lujo”
  • No podían vender alcohol
  • No podían portar armas
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Recién a principios de 2018 –80 años después–, Roma se propuso revisar el nombre de ‘las calles de la vergüenza’, aquellas que hacen referencia a figuras ligadas al fascismo.

A fines de 2017, los restos de Vittorio Emanuele III fueron trasladados desde Egipto hasta Roma en un avión militar y despertó el rechazo de la comunidad judía en Italia.

Es momento de combatir los nuevos holocaustos que se cometen en la actualidad y el odio racial que se apodera, una vez más, de las más altas esferas del Gobierno.

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