La huelga de hambre de los migrantes en Lampedusa ya lleva tres días. Cuarenta y dos refugiados tunecinos se cosieron la boca para protestar.
Piden ser trasladados de la isla y no regresar a su país de origen. Mauro Palma, garante de los derechos de las personas detenidas, reclamó que “los puntos de arrivo no sean una cárcel para los migrantes ilegales”