El Vaticano publicó este 8 de abril el documento ‘Dignitas infinita’, condenando la violencia contra las mujeres y prácticas consideradas “contrarias a la dignidad humana”, como la maternidad subrogada.
En este texto, elaborado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y aprobado por el papa Francisco, se aborda una amplia gama de temas relacionados con la dignidad humana y los derechos fundamentales.
Entre las principales condenas, se destaca la violencia generalizada contra las mujeres, catalogada como un “escándalo global”.
La práctica de la maternidad subrogada también ha sido objeto de críticas contundentes en el documento
El Vaticano, contra la maternidad subrogada
Citando al Papa Francisco, se argumenta que “cada vida humana, comenzando por la del no nacido en el vientre de la madre, no puede ser suprimida ni convertirse en objeto de comercio”.
Se argumenta que este método “afecta gravemente la dignidad de la mujer y del hijo”, al estar “basado en la explotación de una situación de necesidad material de la madre”.
Derechos de los migrantes
El documento también aborda otras formas de violencia y discriminación, como las violaciones de los derechos de los migrantes y las personas con orientaciones sexuales diversas.
En este sentido, se afirma que “cada migrante es una persona humana que, como tal, posee derechos fundamentales inalienables que deben ser respetados por todos y en todas las situaciones.”
El cardenal Victor Manuel Fernandez, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, presentó el documento en una conferencia de prensa en el Vaticano, destacando la importancia de abordar estos temas en el contexto actual.
El texto, que incluye el magisterio papal de la última década, busca proporcionar reflexiones que ayuden a mantener presentes estos valores en un mundo cada vez más complejo.
‘Dignitas Infinita’ es una declaración exhaustiva que aborda temas como la guerra, la pobreza, la trata de personas. También vuelve a condenar el aborto, la eutanasia, la “teoría de género” y la el cambio de sexo.
Su publicación coincide con el 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y refleja el compromiso continuo de la Iglesia Católica con la promoción de la dignidad humana en todas sus formas.
