El comisionado de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, señala una incertidumbre dominante sobre el futuro económico. Sin embargo, Italia se mantiene por encima de Alemania en previsiones.
La Comisión Europea ha ajustado a la baja las proyecciones de crecimiento para la Eurozona después de la reciente desaceleración económica a finales de 2023, lo que ha resultado en un impulso débil al inicio de 2024.
Se espera una aceleración gradual a lo largo del año, con un crecimiento más estable en 2025.
Gentiloni subrayó la necesidad de alcanzar un crecimiento sostenido y sostenible, advirtiendo sobre la persistente incertidumbre debido a las tensiones geopolíticas y al riesgo de crisis en Oriente Medio.
Para la Eurozona, se espera un crecimiento económico del 0,8% en 2024 (frente al 1,2% previsto anteriormente) y del 1,2% en 2025 (frente al 1,6%).
Italia, por su parte, ha visto reducida su estimación de crecimiento del 0,8% al 0,7% para este año, con una proyección de crecimiento del 1,2% en 2025.
A pesar de estar por debajo de Francia y España, nuestro país supera las expectativas de crecimiento de Alemania, que se sitúan en un modesto 0,3%.
Gentiloni destacó la necesidad de reformas e inversiones para impulsar el crecimiento económico y advirtió sobre los desafíos estructurales que enfrenta cada país, instando a no centrarse únicamente en el desempeño económico de los vecinos.
Además, señaló que, pese a las recientes tensiones en el mar Rojo, las cadenas de suministro globales y de la UE no parecen estar bajo presión significativa hasta ahora.
En cuanto a Italia, se espera un aumento en la inversión en 2025, impulsado por la implementación de proyectos respaldados por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), lo que generará un estímulo tanto en el gasto en infraestructuras como en la adquisición de bienes por parte de las empresas.
