La tensión en torno al impuesto sobre la renta de los agricultores en Italia ha alcanzado un punto de inflexión, con el anuncio de un acuerdo que podría poner fin a las protestas.
Según lo informado, el acuerdo prevé la exención del impuesto para los ingresos de hasta 10.000 euros y una reducción del 50% para aquellos comprendidos entre 10.000 y 15.000 euros.
Esta decisión parece haber encontrado el favor de la mayoría, con la primera ministra Giorgia Meloni expresando satisfacción por el acuerdo alcanzado, destacando la solidez de la coalición en este frente, a pesar de algunas discrepancias.
Las reacciones al acuerdo no se hacen esperar: la Lega reivindica el resultado como su propio éxito, mientras que el grupo Riscatto Agricolo declara estar listo para poner fin a la protesta, anunciando la desmovilización.
Sin embargo, no todo parece estar calmado, con una parte más radical del movimiento confirmando una manifestación en el Circo Massimo con la presencia prevista de más de 20.000 personas y vehículos agrícolas para el jueves a las 15 horas.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, interviniendo sobre el tema, trata de tranquilizar a los trabajadores agrícolas, afirmando que está trabajando en propuestas adicionales que garanticen un apoyo adecuado a los empresarios del sector.
La tensión sigue siendo palpable, con el líder de Azione, Carlo Calenda, quien considera que la enmienda al Milleproroghe es insuficiente para resolver el problema.
Sin embargo, hay quienes miran más allá de la cuestión fiscal. El ministro de Empresas y del Made in Italy, Adolfo Urso, advierte sobre la importancia de una revisión más amplia de las políticas industriales europeas, señalando la necesidad de proteger la producción europea de la competencia desleal y apostando por la tecnología verde y digital como vías de desarrollo para Europa.
