En una decisión significativa, la Corte Suprema ha anulado la condena de ocho personas que realizaron el saludo romano durante una marcha de extrema derecha en Milán en 2016.
La Casación sostiene que el gesto solo constituye un delito si implica la apología del fascismo, según lo establecido por el artículo cinco de la ley Scelba de 1952.
Los acusados fueron inicialmente absueltos por falta de elemento subjetivo, pero luego condenados en segunda instancia en 2020, en virtud de la ley Mancino de 1993 que penaliza las manifestaciones públicas de ideologías discriminatorias.
Sin embargo, el máximo tribunal ha ordenado un nuevo juicio de apelación para los acusados.
Durante la audiencia, el abogado general Pietro Gaeta argumentó que el saludo romano “entra dentro del ámbito punitivo de la ley Mancino cuando representa un peligro concreto para el orden público”.
Casación busca distinguir entre la finalidad conmemorativa y el potencial peligro para el orden público.
El abogado defensor, Domenico Di Tullio, destaca que la decisión establece que el saludo romano no es delito a menos que haya un peligro concreto de reconstitución del partido fascista, según lo previsto por la ley Scelba, o programas concretos y actuales de discriminación racial o violencia racial, según lo previsto por la ley Mancino.
La postura de CasaPound, expresada por su portavoz Luca Marsella, es clara: “Continuaremos haciendo el saludo romano”.
La organización reafirma su compromiso de organizar eventos como Acca Larentia, desafiando la reciente decisión de la Cassazione.
