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La muerte del periodista Andrea Purgatori, envuelta en sospechas

Andrea Purgatori (Foto: Twitter Andrea Purgatori - Archivo)
Andrea Purgatori (Foto: Twitter Andrea Purgatori - Archivo)

Si no se tratara de su propio fallecimiento, Andrea Purgatori, el periodista que murió a los 70 años el pasado miércoles, estaría ya investigando.

Conocido por su rigor y pasión en buscar la verdad en el periodismo de investigación, se destacó en casos de crónica policial como el de Ustica o la desaparición de Emanuela Orlandi.

La versión oficial indica que Purgatori fue víctima de un cáncer que en unas semanas le quitó la vida. Pero, al parecer, algo no encaja.

La familia de Purgatori presentó una denuncia y dos personas están bajo la lupa del fiscal. Se trataría de dos sanitarios. La acusación sería de homicidio involuntario. Todo depende de la autopsia, que se realizará este lunes 24 de julio.

Hay que averiguar si Purgatori padeció metástasis en el cerebro, como diagnosticó una clínica, contrariamente a lo que resultó a los médicos de otra estructura sanitaria, donde los daños al cerebro de Purgatori parecieron deberse a isquemia. A raíz del primer diagnóstico, el periodista de prensa y televisivo fue sometido a una radioterapia al cerebro.

El caso

Todo había empezado el pasado 24 de abril, cuando Purgatori acudió a una clínica porque se sentía débil. Tras análisis de la sangre, tomografía y biopsia en una primera clínica, los médicos de una segunda institución le comunican que se encuentra frente a un cáncer de pulmón con metástasis en varios órganos, incluído el cerebro.

Purgatori entonces acude a una tercera clínica, donde le suministran ciclos de radioterapia. Sin embargo, Purgatori se siente, al fin y al cabo, en buen estado. De hecho, el 17 de mayo graba un capítulo de su programa televisivo, Atlantide. Y lo médicos quedan sorprendidos de sus condiciones.

Sin embargo los exámenes dicen que solo le quedan seis meses de vida. No extraña Purgatori empieza a sentirse cansado, confuso. Especialmente tras los ciclos de radioterapias intensivas. Cuando lo ingresan, ni con la resonancia magnética ni con la tomografía los médicos encuentran huella del cáncer.

Al día siguiente Purgatori ingresa en otra clínica, donde si confirman la presencia de metástasis en el cerebro. El día siguiente Purgatori muere. Las dudas surgen, entonces, sobre la enfermedad que realmente tenía, cuál es la responsabilidad de los profesionales y, sobre todo, si hay algún elemento que pueda despertar sospechas.

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