Sigue sin resolverse el misterio alrededor de Cateleya Alvarez, la niña de 5 años desaparecida Florencia. Sus huellas se buscan desde ya una semana, cuando sus padres, una pareja de peruanos, informaron la policía.
Lo hicieron con un retraso de unas horas, por lo que la búsqueda empezó con dificultades. Y sin embargo, todavía se sospecha que la niña sigue en el edificio donde vive. Un exalbergue ocupado ilegalmente por distintas familias rumanas y peruanas.
Los investigadores no descartan que alguien se haya llevado a la niña y que el móvil tenga que ver con los chantajes conectados al uso de las habitaciones del edificio. Este sería, en una novela negra, el lugar del delito.
De allí, según las imágenes de las cámaras en los alrededores, Kata, como las llaman los parientes, no salió. Por otro lado, todos los ocupantes, 132 personas, un tercio menores, han sido desalojados, y la policía ha registrado el palacio, incluso con perros adestrados.
Como en un castillo se buscan espacios secretos, espacios ocultos. En fin cada vez más este edificio de dos plantas en via di Maragliano, no lejos del centro de Florencia, se está convirtiendo en un escenario siniestro.
Hace unas semanas, un ciudadano ecuatoriano voló por un balcón, y todavía no está claro si alguien lo empujó. Su mujer ha relatado que quien gestiona el negocio criminal, o sea quien cobra el dinero por las habitaciones es un hombre que tiene una hija de 15 años. Al parecer durante una discusión entre los dos, él se enteró que ella había padecido una violencia sexual. El acoso a la niña sería una venganza por aquel delito.
Mientras tanto, siguen las señalizaciones de ciudadanos que cuentan haber visto Kata, sin que la policía pueda sacar algún provecho.
Un detective privado, fichado por la familia de la víctima refirió en una entrevista que hace días la madre recibió una llamada anónima por el móvil en la que se escuchaba a una niña llorar.
