Nápoles no durmió la noche del 4 y madrugada del 5. La ciudad celebró en cada rincón el tercer scudetto después de 33 años. Sin embargo, la fiesta se vio empañada por un muerto de 26 años y varios heridos de bala.
El alcalde de la ciudad, Gaetano Manfredi, se refirió al homicidio y no lo asoció con los festejos: “Este muerto que ha habido está ligado a una dinámica que no tiene nada que ver con la fiesta. Se trata de una persona que tiene antecedentes penales”.
“Probablemente se trató de una liquidación de cuentas que encontró la oportunidad de la fiesta. El episodio tiene un marco completamente diferente”, agregó.
“El episodio de la Camorra no tiene nada que ver con la fiesta. Se utilizó el momento de confusión de la fiesta para la liquidación de cuentas”, sentenció sin más el alcalde.
Además, en la sala de emergencias de Pellegrini, en el centro histórico, muchos accesos a la cirugía: un hombre de 77 años al que estalló un petardo en la mano mientras lo lanzaba sufrió una amputación apical de los dedos largos; un niño de Sri Lanka se lesionó la palma de la mano de una manera no grave debido a una bala de arma de fuego.
