Tras la pelea entre grupos políticos delante de un colegio de Florencia y el naufragio en Calabria, los ministros Matteo Valditara y Giuseppe Piantedosi, respectivamente de la Instrucción y del Interior, vuelven a encontrarse en el punto de mira.
Hace unos días, en un instituto superior de un pueblo de la provincia de Enna, en Sicilia, tuvo lugar una asamblea para debatir sobre la legalización de las drogas ligeras.
Un tema tal vez sospechoso según la policía que entró en el colegio y identificó a los estudiantes que habían organizado el encuentro. De nada habían servido las palabras de la preside del colegio que antes había aclarado a un inspector la naturaleza del asamblea.
Los representantes de la asociación Meglio legale (mejor legal) comentaron lo sucedido come un acto intimidatorio, mientras el coordinador de la federación de los estudiantes de contrario a la libertad de asociación.
La diputada Maria Stefano Marino incluso preguntó públicamente al ministro del Interior si todavía vivimos en uno Estado democrático. Con ella coincidieron representantes del partido Italia Viva y de Sinistra Italia.
Pronto los dos ministros Piantedosi y Valditara tendrán que responder en el Parlamento a quién se pregunta si en Italia incluso hablar de droga se haya vuelto ilegal.