El primer ministro llevará a la Unión Europea (UE) la propuesta de fijar un límite al aumento del gas natural en momentos de crisis.
La idea de imponer esa política surge en el momento del enfrentamiento entre Rusia y Ucrania. “Hoy el miedo a la interrupción de los flujos desde Rusia está generando beneficios extra para Gazprom, en nuestro detrimento”, advierte el ministro para la Transición Ecológica, Stefano Cingolani.
“En tiempos de emergencia se puede establecer un precio máximo, que sea justo para que el proveedor no se vaya. Un precio por encima del cual los operadores europeos no pueden comprar”, propone.
“Uno de los problemas es el dinero que damos a los rusos para los suministros”, se sincera en una entrevista con el Corriere della Sera. El ministro considera que “una reflexión europea es importante”.
El primer ministro, Mario Draghi, viajará el lunes 7 a Bruselas para hablar del tema con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.
Esto se enmarca en la necesidad de reforzar la “seguridad energética” del país. Hoy Italia importa el 90% de su consumo de gas y el 45% viene de Rusia. Hace una década era el 27%.
“Esta guerra nos obliga a acelerar tras años de distracción, ideología, hipocresía y mentiras”, lanza Cingolani
En ese sentido, considera que “el plan nacional de seguridad energética debe aumentar el número de proveedores”. “El objetivo es independizarse (del suministro) de Rusia en dos o tres años”, explica.
Para diversificar ese suministro, Italia “mira a los países del norte de África conectados por gasoducto con nosotros, Argelia y Libia”. “Tras fuertes negociaciones, acabamos de obtener unos 10.000 millones de metros cúbicos adicionales allí”.
“No tenemos problemas para llegar al verano, pero desde entonces debemos acelerar el nuevo almacenamiento de cara al próximo invierno”, aclara.