El 25 de noviembre quedará en la memoria de todos los napolitanos. El día en que su mayor ídolo, Diego Armando Maradona, murió. El pibe de oro, idolatrado más que el patrono de la ciudad, San Genaro.
Cuando caía la noche y el toque de queda para contener la segunda ola de coronavirus era inminente, los fanáticos no paraban de llegar al rebautizado estadio Diego Armando Maradona.
Banderas argentinas y del Napoli flameaban entre lágrimas y cánticos. Padres con sus hijos. Cartas, fotos y flores. Nada alcanzaba para demostrar tanto amor.
Fue entonces cuando la Policía decidió mirar para otro lado y abrir el corazón: el toque de queda, esa noche, no existiría. Durante toda la madrugada, el amor maradoniano se apoderó de las calles de la ciudad en medio de la segunda ola de coronavirus que deja más de 500 muertos por día en este país.
Eterno Diego. Este pueblo canta orgulloso, una vez más: “Sai perchè mi batte il Corazon, Ho visto Maradona, Ho visto Maradona, Oh mama inamorato sono”.
