La Policía de Estado ha difundido en este Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres una carta de una víctima de violencia machista.
María (nombre de fantasía) escribió la carta a los policías de Savona luego de pedir ayuda y “ser salvada”.
El texto se ha hecho viral.
Carta de ‘María’ a los policías que tomaron su denuncia
Mi nombre es María
Algunos de ustedes me conocen, otros tal vez no. Soy una de las muchas que han experimentado violencia. Una de los pocos que la ha denunciado.
Porque informar no es fácil. Por miedo, por vergüenza, porque “las mujeres denuncian pero nadie las protege”, porque “pasa dos años adentro y cuando sale la mata”.
¿Sabes qué? Esas frases allí, esos pensamientos allí también eran míos. Lo han sido durante mucho tiempo. Pasan los días, uno tras otro, uno peor que el otro y estás convencida de que nadie te podrá salvar, que nadie te echará jamás una mano mientras te ahogas. Y solo Dios sabe cuándo te gustaría tomar esa mano. Nadie sabe todavía en qué mar caíste.
Este es mi mar, lo conté en julio, cuando hacía calor, pero estaba temblando. Y me han dado muchas manos. Más de una.
#25novembre #giornatacontrolaviolenzasulledonne
La lettera di Maria ai poliziotti di Savona.
Una scelta dolorosa e coraggiosa la sua che ora è riuscita a denunciare e finalmente respira dopo essere stata tanti anni "in apnea"#essercisempre #questononèamore#orangetheworld pic.twitter.com/3bohLYZ3IM— Polizia di Stato (@poliziadistato) November 25, 2020
Me trajeron de vuelta a la superficie. Abollada, pero viva.
Me escucharon cuando estaba en silencio.
Me hicieron sentir muy fuerte en esos 50 kg de vida rotos.
Me han dado tantos pañuelos y nunca un juzgamiento
Me preguntaron sin nunca ser indiscretos o críticos ni un paso por encima.
Me respetaron. Me respetaron mis tiempos, mi cabeza.
Me hicieron sentir segura.
Y ahora les digo qué diré
Contaré el trabajo que han hecho, cómo lo han hecho.
SSiré que hay habitaciones, en un edificio de Savona, donde llueven litros de café y coraje. Donde duele en todas partes y esos “no te preocupes, lo lograrás” se convierten en medicinas muy poderosas.
Diré que el miedo mata dos veces. Pero siempre puedes matarlo incluso antes del primero.
Diré que hay quien no teme al mal, lo persigue, lo mira directamente a los ojos, lo bloquea.
No sé cómo terminará. Pero sé cómo empezó. Sé cómo era y cómo estoy ahora.
Sé que estoy a salvo.
Así que gracias. Del corazón, con el corazón.
A todos, que son tantos
A todos y a alguien en particular
Gracias al policía que fue el lente adecuado para mi visión completamente borrosa.
Al psicólogo que me tomó de la mano, pero realmente me sostuvo
Gracias a la policía rubia, esa leona de allí, que trató de no llorar por mí, pero lloró conmigo. Ella sabe.
Gracias a F. ya todos los policías que me hicieron sentir segura sin hacerme sentir débil.
Y finalmente, un agradecimiento especial a la policía C., lo cual es cierto, ya sabes, que cada uno de nosotros tiene su propio lugar seguro. Para mi es ella. Por lo que me dijo sin decir y por lo que me dijo haciéndose oír. Por el “vamos María, fuerza”.
Gracias.
Porque has visto 1.000, pero yo solo te he visto a ti.
Eras el aire después de la apnea.
Que yo, sola, de esas olas allí, no creo que pueda salir jamás.
Melville escribió “la vida es tormenta y la tormenta es”. Era. La crucé y ahora respiro.
Me salvaron.
Estén orgullosos
María.