No podía más que nacer en Florencia un museo del idioma italiano, posiblemente en el próximo marzo, el mes en el cual en el día 25 se celebra a Dante Alighieri. La idea remonta al 2003, y se debe al lingüista Luca Seriani que hoy en día forma parte de la comisión encargada de concretar un proyecto que se anuncia
complejo.
Al lado de los clásicos como Alessandro Manzoni, padre del italiano moderno, en el camino serán valorados también los dialectos.
El museo aprovechará de las nuevas tecnologías, de una actitud interactiva pero también de la contribución de la Academia de la Crusca, desde siglos amparo florentino de la pureza del italiano.
El presupuesto del ministerio alcanza los cuatros millones y medio de euros. Un dineral que, especialmente en tiempo de
crisis, dejaría a cualquiera, digamos, sin palabras.
Sin embargo Serianni no olvida los lugares donde el idioma se difunde. Las escuelas de italiano en el mundo, con sus dificultades y su papel de vehículo de promoción cultural merecerían, declara el mismo profesor, un esfuerzo económico parecido.