El premier, Giuseppe Conte, ha recibido en el Palacio Chigi al general libio Khalifa Haftar. El encuentro ha durado tres horas y Conte pidió al general renunciar a la opción militar, expresando su preocupación por la espiral en Libia y condenando el ataque a la escuela de Trípoli.
Italia no ha firmado el documento final, juzgado demasiado duro contra Turquía y el Gobierno de Trípoli. Esta decisión llega después de los encuentros del ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, del 7 de enero en Bruselas, con sus homólogos de Francia, Gran Bretaña y Alemania y con el alto representante por la política exterior, Josep Borrell.
En Estanbul también se había reunido con su homólogo turco Cavosoglu, y el día siguiente en El Cairo con los ministros de Exteriores de Egipto, Francia, Cipre y Grecia.
A las 18:30 del 9 de enero, el presidente del Consejo tendría que haberse reunido con Fayez al Sarraj, pero el primer ministro sirio anuló la cita.
La razón podría haber sido la fuga de noticias o el hecho de no saber que en Roma habría estado también Haftar.
El intento de Italia de volver a desempeñar un papel en la diplomacia internacional ha fracasado
Por eso las oposiciones han criticado al premier, en particular Matteo Salvini, que lo ha definido “incapaz”.
El intento italiano ha sido juzgado negativamente también por la Rusia, cuyo presidente, Vladímir Putin, tuvo un encuentro en Turquía con Erdogan sobre la cuestión libia.
Moscú apoya a Haftar, mientras que Ankara apoya a Sarraj. Los dos líderes han pedido a las partes en conflicto en Libia una tregua desde la medianoche de domingo.
Serraj se fue a Bruselas para encontrarse con al presidente del Consejo europeo, Charles Michel, con el titular del Europarlamento, David Sassoli, y el alto representante Josep Borrell.
“Los sufrimientos del pueblo libio deben terminar al instante. No queremos que Libia sea tierra de espiral y de guerra. La comunidad internacional debe asumir su responsabilidad”, dijo.
“La cuestión es muy clara: hay un agresor, que es Haftar, y un agredido, que es el gobierno de Trípoli formalmente reconocido por el mundo y que se está defendiendo”, agegó.