Una de las injusticias más grandes que tiene el fútbol es la definición por penales. Los 12 pasos que separan la línea de meta al punto del penal pueden significar la gloria eterna o el calvario perpetuo. Más aun si se trata de una definición de una Copa del Mundo.
El segundo escenario es el que vive Roberto Baggio, exdelantero de la selección nacional que relató durante el Festival del Deporte de Trento, cómo vive sus días luego de la ejecución malograda en la final del Mundial de 1994 ante Brasil.
“Muchas veces, cuando me voy a dormir, pienso en ese penal”, se sinceró el ex delantero de la Azzurra, quien agregó: “No fue el golpe decisivo, pero le di el toque de gracia”.
Sin embargo, para el exatacante de la Juventus, Inter y Milan, entre otros, la no convocatoria al Mundial de Corea-Japón de 2002 fue un golpe igual o más grande que ese penal: “Es una herida no cerrada comparable al tiro penal de Pasadena” donde se jugó aquella final ante Brasil.
“Tal vez paso por presuntuoso o arrogante, pero creo que al final merecía estar entre los convocados para esa Copa del Mundo. Tuve una operación y regresé después de 77 días en el campo. Me merecía ir allí incluso sin jugar, aparte del hecho de que hubiera jugado”.
A #ilfestivaldellosport il calciatore italiano con il più grande numero di followers e tifosi: signori e signore, il divin codino: Roberto Baggio @Gazzetta_it @VisitTrentino pic.twitter.com/M4Zaq84AXN
— Il Festival dello Sport (@ilfestivalsport) October 12, 2019
En aquel Mundial, Italia quedó eliminada en 8vos de final en uno de los partidos más polémicos de la historia de los mundiales, debido a los fallos en favor para una la selección anfitriona.
