Un carabinero de 35 años fue asesinado en Roma por dos asaltantes que intentaban obtener una recompensa por un bolso y un celular robados. Uno de los criminales apuñaló ocho veces al oficial, que falleció pese a que fue rápidamente trasladado a un hospital cercano.
Por el caso fueron detenidos dos ciudadanos estadounidenses que estarían vinculados al robo en Plaza Mastai, con el objetivo de obtener dinero para comprar drogas, pero no al homicidio del vice brigadier Mario Cerciello Rega.
Ambos son estudiantes en la John Cabot University de Roma y habían quedado encerrados en una habitación del Hotel Meridien de la calle Federico Cesi. En total, ya son cuatro los detenidos que están siendo interrogados por Carabineros.
Las reacciones no se hicieron esperar. Las máximas autoridades se refirieron al hecho. El presidente de la República, Sergio Mattarella, lamentó el hecho y señaló que confía “en la rápida captura de los criminales”.
Mario, un carabiniere, un eroe, un ragazzo con tutta la vita davanti, era sposato da appena 40 giorni… pic.twitter.com/r2qY9bRecw
— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) July 26, 2019
Por su parte, el premier Giuseppe Conte calificó el hecho como “una herida profunda al Estado”, en línea con el líder del Movimiento 5 Estrellas y vice primer ministro, Luigi Di Maio, quien señaló que es un “momento de profundo dolor para el Estado”.
“Bastardos, trabajos forzados de por vida”, lanzó por su parte Matteo Salvini, también vice primer ministro y líder de La Lega.
Pero el dolor también es común a quienes conocían o tenían trato cotidiano con el carabinero. Desde la institución señalaron que su muerte se produjo “por 100 euros”, que es lo que habían pedido los asaltantes por el bolso, y agregaron que su vida estuvo “consagrada a los otros y al deber, con una dedicación desinteresada y corajuda”.
“Ciao Mario”.#26luglio #Carabinieri pic.twitter.com/Bcaw7Wm7CA
— Arma dei Carabinieri (@_Carabinieri_) July 26, 2019
“Un vivo dolor por una muerte que aflige a 110.000 carabineros”, agregan. Sandro Ottaviani, comandante de la estación de carabineros de Plaza Farnese, jefe directo del fallecido, recordó que frecuentemente peregrinaba a Lourdes o Loreto, y que realizaba trabajos voluntarios “sin decírselo a nadie”. “Muere no sólo un valiente carabinero, sino también un gran hombre”, lamentó.
En su ciudad natal, Somma Vesuviana, en Nápoles, el párroco que oficiará su funeral de Estado el próximo lunes lo calificó como “un muchacho de oro que frecuentaba nuestra parroquia cada vez que venía de Roma”. El alcalde Salvatore Di Sarno también lo calificó como “un muchacho valiente y un digno servidor del Estado” víctima de “una muerte absurda”.
