Durante su visita a Nápoles, el primer ministro, Giuseppe Conte, no se perdió la posibilidad degustar la especialidad de la ciudad: la mejor pizza del país.
Pero no solo eso… el premier se puso el delantal sobre su traje y comenzó a amasar una margarita. ¿Será que está barajando una nueva profesión tras su amenaza de abandonar el Gobierno?
Se lo noto algo nervioso durante la preparación. ¿Sobrevirá como maestro pizzero?