Después de un año y cuatro meses del asesinato brutal de la joven Pamela Mastropietro y la posterior liberación de los dos connacionales del imputado, (habían sido acusados de ayudarlo y luego fueron juzgados inocentes), el jurado popular, formado por cuatro mujeres y dos hombres, reconoció a Innocent Oseghale como culpable de todas las acusaciones que le habían sido hechas —homicidio doloso agravado por la violencia sexual, vilipendio y destrucción del cadáver, ocultación de los restos de la chica— y lo condenó a la cadena perpetua con aislamiento diurno.
Por tres horas, el nigeriano escuchó todo sin mostrar ningún sentimiento, y cuando, después de cinco horas de sesión, el presidente de la sección penal Roberto Evangelisti leyó las palabras ‘cadena perpetua’, se escuchó en la sala un largo aplauso.
Satisfecho Stefano Mastropietro, el padre de Pamela, quien había dicho: “No nos esperamos otra cosa que la cadena perpetua, y espero que por fin llegue”.
Acogió la condena entre laslágrimas, como también Alessandra Verni, la madre de Pamela, quien luego dijo: “Adentro uno, ahora les toca a todos los demás. No creo que Oseghale haya hecho todo por su cuenta. Estamos convencidos que hay otros culpables. Aquellas marcas de contención en el brazo de Pamela indican que le han inyectado a la fuerza la heroína. Pamela odiaba las agujas; la heroína la fumaba, pero estoy segura de que no se pinchara. Se han dicho y escrito muchas cosas no verdaderas sobre ella”.
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