Es una tradición histórica la de bautizar un barco nuevo o un puerto golpeando su estructura con una botella de champagne. Pero claro, la idea es que la botella se rompa.
Esto no le pasó al intendente de Pisa, Michele Conti, quien a pesar de varios intentos no pudo romper la botella contra una de las paredes del nuevo canal Incile, el cual volverá a conectar el río Arno con Navicille después de 76 años.