“Adelante, la tripulación lo está esperando”, le dijeron a Skirmantas Strimaitis en la mesa de check in del aeropuerto de Vilnius, en Lituania, quien tenía un boleto con destino a Bergamo.
No es usual que le digan eso a uno, menos cuando aún faltan varios minutos para el anuncio del embarque. Sin embargo, el pasajero lituano entendió la razón de esa frase cuando al abordar notó que era el único pasajero del Boeing 737-800.
El inusual hecho ocurrió el 16 de marzo, pero recién ahora tomó trascendencia. Según declaró el pasajero, se le dieron las instrucciones de seguridad como en cualquier vuelo común, y el piloto al hablar por micrófono tras algunos minutos después del despegue siempre hizo referencia al “señor pasajero”.
Semejante vacío se debió a que el operador turístico Novaturas había alquilado el vuelo para un grupo de turistas, los cuales finalmente nunca asistieron.
Para que la nave no vuelva vacía a Italia, la empresa sacó unos boletos a la venta y únicamente Strimaitis fue el comprador, por lo que voló en solitario las dos horas que duró el viaje, solo acompañado por dos pilotos y cinco tripulantes, a lo largo de un avión que tiene una capacidad para 189 pasajeros.