La última edición de las Mil Millas, la carrera de regularidad en la que participan los autos clásicos más exquisitos del mundo y que se celebra todos los años en Brescia, tuvo una mancha que estropeó la fiesta.
Es que a pocos días de comenzar la prueba, fue robada una de las joyas que participarían de ella. Un Alfa Romeo 6C 2500 Sport Cabriolet Touring Superleggera de 1942, valuada en alrededor de un millón de euros.
Esto sucedió en mayo, y recién ayer se dio con los que perpetraron el hecho: una familia nómade integrada por un hombre de 48 años, una mujer de 39, su hijo de 19 y su hija menor de ¡7 años!
Al principio se pensó que se trataba de una banda de criminales expertos, dada la importancia del objeto robado, pero parece que esta familia está lejos de serlo.
Según pudo reconstruir la Policía de Brescia, el robo ocurrió de manera bastante absurda: uno de los miembros de la familia se acercó hacia el parking del Hotel Noce a Brescia donde estaba estacionado el Alfa y sacó el freno de mano para que el auto, de manera silenciosa, se acerque de a poco a la camioneta que luego se lo llevase remolcado.
Tras revisar las cámaras de lugar, la de los vecinos y las diseminadas por toda la red de autopistas de la zona, se pudo dar con la familia de malhechores.
Así, seis meses después, el Alfa Romeo 6C 2500 vuelve a su dueño, el alemán Jeroen Branderhorst, quien se quedó con las ganas de participar este año de la Mil Millas. De decidir correr el año que viene, será una de las estrellas de la edición 2019.
